Por Manolo Morales
Casa Toledo antes de que abra sus puertas el 15 de octubre del 2015, fue un espacio en donde convergieron diversos artistas nacionales e internacionales, pues su anterior dueña y cofundadora de Casa Toledo, Valentina Pacheco, (reconocida actriz del teatro ecuatoriano), recibió por muchos años en su casa a músicos, actores, pintores, en donde ensayaban, creaban personajes y argumentos, se diseñaba y construía escenografía, entre otras tareas de las artes. En esta casa llena de magia, color y música, muchos encontraron refugio, alojamiento y camaradería.
Manolo Morales, abogado ecologista, actor, gestor cultural y emprendedor, actual gerente y propietario de Casa Toledo, antes de sumergirse en la aventura de abrir un centro de arte y cultura, sintió como muchos otros artistas de las artes escénicas, la necesidad de contar con un espacio donde ensayar y presentar sus obras, un espacio donde crear. Asi que Casa Toledo, en principio es la cristalización de un sueño.
Esta casa, ya había sido lugar de trabajo de algunos montajes de Manolo y Valentina, como “Quien es Usted?”, “Pareja Abierta”, “Hasta donde nos lleve el río” y otras, por lo que resultaba propio, cercano y funcional; de ahí que, no era lejana la posibilidad que este espacio se convierta en un teatro abierto al público.
El nuevo hábitat del arte, no se lo pensó solo como un teatro, sino como un centro de arte y cultura, como un espacio donde confluyan las artes y se nutra del entorno cultural del barrio La Floresta, la ciudad de Quito y el país. Se lo diseño para la exhibición y recepción de arte, pero también para investigación y formación de artistas. Se lo pensó en como un lugar en donde confluyan distintos géneros artísticos, disímiles puntos de vista, y todas las personas y colectivos sin distingo de su ideología, ocupación o pertenencia socioeconómica. Como un espacio que permita integrar a la sociedad a través del arte, por ello Casa Toledo presenta eventos orientados a distintos públicos, en variados horarios, en formatos diferentes, de contenidos diversos, como un espacio de creación y reflexión.
Esta casa familiar, construida y diseñada con fines residenciales en los años cincuentas del siglo anterior, contaba con una sala, comedor y cocina, ahora transformadas en teatro; con bodegas y baños ahora camerinos; además contaba con dos dormitorios en el segundo piso, ahora convertidos en Galería; las gradas que conectan al segundo piso fueron cambiadas de sentido, para facilitar el ingreso del público; el parqueadero se convirtió en recepción y boletería; el local comercial en una acogedora cafetería; y, se adecuó una cuarta planta donde funciona la Sala de Artes Escénicas, lugar destinado a presentaciones y actividades de formación artística.
La remodelación de Casa Toledo, incluyó el reemplazo de columnas y vigas que la sostienen por estructura metálica antisísmica. Esto, además de sostener la casa, permitió eliminar los obstáculos visuales para la configuración del escenario y platea, así como dotarle de una adecuada isóptica. Una anécdota relacionada a la estructura de la casa, es que cuando aconteció el terremoto del 16 de abril de 2016, en Casa Toledo estaba en función el actor José Pacheco con su “Monólogo del Pipi”, al sentir el temblor, no sabía si gritar, correr o ponerse a rezar, pero no, ninguna de las anteriores, metido en el personaje le decía al público: “no se asusten, la casa es antisísmica”, y pidió a los asistentes que salieran a la calle de manera ordenada para seguir la representación afuera, en la calle. La gente como era obvio, salió por algunos minutos, pero no se fueron. Retornaron al teatro y la función pudo continuar.